Después de lanzar tres intercepciones en su más reciente derrota decisiva, Tony Romo entró a un silencioso cuarto de casilleros arrastrando los pies, gesticulando y con la mirada clavada en el suelo.
Ahora el mariscal de campo de los Cowboys tiene una tarea más difícil: digerir su actuación en una derrota por 28-18 ante los Redskins de Washington que puso fin a la temporada de Dallas la noche del domingo estando en disputa el título de la división Este de la NFC.
"Siento que le quedé mal al equipo", dijo Romo en su conferencia de prensa posterior al partido, deliberando sus palabras, la mirada en blanco.
"El legado de uno queda escrito al terminar el juego", dijo Romo, cuyas tres intercepciones igualaron su total de los anteriores ocho juegos juntos.
"Es decepcionante no poder cruzar esa loma", añadió. "Pero sé que el futbol es el máximo juego de equipo y necesito seguir mejorando, lo mismo que nuestro equipo, para llegar ahí".
Necesitados de un triunfo sobre los Redskins (10-6) para llegar a los playoffs, los Cowboys (8-8) finalizaron en .500 por segunda temporada consecutiva, y por tercer año al hilo no estarán en la postemporada.
Además, esta es la tercera vez en los últimos cinco años que Dallas pierde su final de temporada regular cuando una victoria le hubiera permitido seguir jugando.
"Tenemos un gran reto por delante. [Los Redskins] están, por supuesto, en el torneo, y nosotros tenemos que quedarnos en casa y pensar cómo entrar al torneo. Es una gran desilusión. Tenemos jugadores que han luchado muy duro durante todo el año, pero las cosas no terminaron como queríamos", dijo el propietario de los Cowboys Jerry Jones.
"Parte de mi trabajo es evaluar, analizar y tomar decisiones fuera de temporada que nos ayuden a adquirir una mejor forma".
No tiene más que mirar a Washington para ver lo rápido que pueden cambiar las cosas.
Los novatos Robert Griffin III y Alfred Morris sólo necesitaron cuatro meses para darles a los Redskins su primer título de división desde 1999.
Griffin, el ganador del Trofeo Heisman y adquirido en el draft segundo global, corrió para 63 yardas y un touchdown.
Morris, el seleccionado de sexta ronda proveniente de Florida Atlantic, corrió para 200 yardas y tres touchdowns. Romo, mientras tanto, fue interceptado en cada una de las primeras dos posesiones de Dallas.
Su última entrega de balón fue la que más le molestó: un mal lanzamiento fue recogido por Rob Jackson cuando los Cowboys tenían la posibilidad de montar una carga hacia una anotación que les hubiera dado la victoria en los últimos minutos.
"Eso me va a estar carcomiendo por semanas", dijo Romo.
A punto estuvo de convertirse en el primer mariscal de Dallas en lanzar para 5,000 yardas en una temporada, pero ahora su carrera está aún más mancillada por decepciones de final de campaña.
También tuvo derrotas en la Semana 17 ante los Eagles de Philadelphia (44-6) en 2008 y contra los Giants de Nueva York (31-14) el año pasado, además de un récord de 1-3 en partidos de playoffs (¿quién puede olvidar aquella fallida posesión?).
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