El representante demócrata Henry Cuellar vaticinó el jueves que el Congreso terminará por aceptar el expeditar la deportación de niños migrantes centroamericanos con tal de aligerar la crisis en la frontera.
Dijo asimismo que el presidente Barack Obama ve la necesidad, igual que él, de cambiar una ley de 2008 que ha frenado tales deportaciones.
"El presidente dijo, 'me despierto cada mañana con malas noticias de todo el mundo… ante mis ojos y los ojos de Dios, todos los niños son iguales; pero como presidente tengo fronteras que controlar'. Él entiende", recontó Cuellar la mañana después de una reunión de la Bancada Hispana del Congreso en la Casa Blanca.
Como grupo, la bancada hispana se opone firmemente a cambiar la ley de 2008 que permite a los agentes federales devolver rápidamente a los migrantes jóvenes de México y Canadá, pero a los niños de Centroamérica los deja quedarse de tres a cinco años mientras son procesados por un sistema sobrecargado y atrasado.
Cuellar, demócrata por Laredo, ha irritado a la Casa Blanca y a otros congresistas hispanos por asociarse con el senador John Cornyn, el líder adjunto del Partido Republicano, en un proyecto de ley para acelerar el retorno de esos niños.
Unos 57,000 niños han llegado desde octubre, procedentes de Honduras, Guatemala y El Salvador.
La nueva ley permitiría a las autoridades federales devolver a la mayoría de los inmigrantes centroamericanos a pocos días de su llegada, a menos de que tengan un argumento válido de que están huyendo de la violencia u otros derechos legales para entrar y permanecer en Estados Unidos.
La administración no ha adoptado ese proceder, y Cuellar dijo que en la reunión en la Casa Blanca no se habló de su iniciativa de ley.
Pero Obama y el secretario de Seguridad Nacional Jeh Johnson dijeron a los legisladores en privado el miércoles que están de acuerdo a hacer algunos cambios a la ley del 2008, a fin de dejar a los niños regresar a su país voluntariamente en vez de quedar bajo custodia federal.
En su entrevista con Obama los líderes de la bancada hispana fueron tajantes en que la ley de 2008 debe quedar como está alegando que facilitar la deportación de los inmigrantes centroamericanos equivaldría a una erosión de las protecciones de ley.
El guía de la bancada hispana en política migratoria, el representante Luis Gutiérrez, demócrata por Illinois, dijo que el grupo se opondrá a la petición del presidente de un paquete de $3,700 millones para hacer frente a la crisis en la frontera si "mina las protecciones legales a los niños".
Cuellar dijo que aún es posible una solución, y vaticinó que para finales de la próxima semana, cuando el Congreso inicia un receso de un mes, surgirá una propuesta que empate la aprobación del fondo con un cambio a la ley de 2008.
"Algunos se han encasillado solos y tal vez necesitamos ver cómo salir de esto y salvar la cara", dijo. "Tiene que haber un proceso debido, pero las audiencias deben tardar menos de cinco años".
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