Alrededor de 100 personas acudieron el jueves al funeral de Rubén García Villalpando, el mexicano abatido a tiros por un policía de Grapevine la semana pasada.
La muerte de García provocó que el Consulado General de México en Dallas enviara cartas de protesta por el uso de fuerza del policía y porque ni las autoridades de Grapevine, Euless o el condado de Tarrant informaron al gobierno mexicano del incidente.
"El gobierno de México condena, nuevamente, sucesos recientes como el que costó la vida... al señor (Rubén) García Villalpando, que son muestra reiterada de un uso de la fuerza letal de modo desproporcionado que conduce a la pérdida innecesaria de vidas, erosionando la confianza que debe existir hacia las autoridades en las comunidades en las que actúan", dijo el consulado en un comunicado difundido el miércoles.
Según reportes policiacos y de prensa, García Villalpando, de 31 años, murió a consecuencia de heridas de bala recibidas el viernes a manos del oficial Robert Clark, luego de una persecución que inició en un comercio de Grapevine y terminó en Euless.
Clark había respondido a una llamada de una alarma a las 6:20 p.m. en la empresa Academic Health Plan del 3500 de W.D. Tate Avenue. La llamada resultó falsa y el policía ya se retiraba, cuando vio un Toyota detenido en la entrada del estacionamiento.
Clark encendió las luces de su patrulla pero el Toyota conducido por García salió del estacionamiento y entró al camino de acceso a la Estatal 121, según la versión de la policía.
Clark activó su sirena y siguió a García. Un vocero de la policía de Grapevine afirmó que la cámara de la patrulla captó al Toyota zigzagueando en el tráfico para evadir la patrulla. El Totota se detuvo en el acotamiento exterior de la salida de Cheek Sparger.
El policía le indicó al chofer, García, que se quedara en el vehículo y pusiera las manos en alto. Pero imágenes de video de la patrulla muestran que el hombre ignoró la instrucción, salió del vehículo y se acercó a la patrulla con las manos en alto, dijo el Sgt. Robert Eberling, vocero de la policía de Grapevine.
García caminó más allá del lente de la cámara; Clark ordenó a García volver a su vehículo, y luego hizo dos disparos.
Clark llamó a la central de despachadores y pidió paramédicos. García fue trasladado por aire al Hospital John Peter Smith en Fort Worth, donde más tarde murió.
José Octavio Tripp Villanueva, cónsul general de México en Dallas, calificó de innecesaria la fuerza letal que usó el policía.
"Lamentamos muchísimo un incidente donde concluyó en la muerte de un humano, en este caso un ciudadano mexicano", dijo Tripp el miércoles a Al Día. "Al parecer bajó de un auto desarmado, con las manos en alto y recibió dos balazos de un policía que le ocasionó la muerte".
Tripp Villanueva, envió una carta al fiscal de distrito del condado de Tarrant solicitando una investigación exhaustiva de la muerte de García Villalpando.
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